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4/5/2020

glen coe 2018 race report (más vale tarde que nunca)

[((publicado originalmente en mi exposure’))]

Estos días que he estado con sensación de ahogo (por decirlo de alguna forma) pensando en todo y nada a la vez, he vuelto varias veces a la reflexión de: cuál ha sido -realmente- mi mejor carrera hasta la fecha”.

No me gusta atormentarme con ese tipo de pensamientos que no conducen a nada, pero como los tiempos/mood’s están bien dark, últimamente también he estado pensando, Qué pasaría si no tengo (tenemos?) más competencias en los próximos años? Sería tan terrible realmente?” Independiente de la respuesta, que da para un post aparte, finalmente aterricé que sí tengo una carrera que podría recordar como la mejor” y por eso, un año y medio más tarde, voy a escribir de ella.

++Race report -mega- tardío de Glen Coe 2018++

Ok, como todo (o como siempre) las carreras no parten realmente cuando te dan la partida, si no que harto tiempo antes.

En este caso y por que nunca está demás contextualizar, podría decir que Glen Coe partió cuando llegamos a Europa (donde yo tenía el foco puesto en Kima, qué sigue siendo la carrera qué más me obsesiona en la vida junto con HR pero que ya asumí que no voy a poder correrla nunca). Las semanas antes de Kima fueron las más absurdas que he tenido en términos de volumen y desnivel. Quizás también se me paso la mano. Bueno, no quizás, se me paso la mano. Como siempre me terminé obsesionando con el D+ y las horas en vez de buscar ser eficiente (lease, rápido) que es lo único que importa cuándo estás intentando competir corto’ en europa. Me pasé de roscas.

Después del fiasco de Kima no me tome un solo día libre (me acuerdo el lunes después de la carrera, trotando en Chamonix con la idea de que me sentía sospechosamente decente después de la carrera) y si bien los números fueron harto más piola que las dos semanas previas en Innsbruck, supongo que alcance un nivel de consistencia que me dejó con unas piernas OK, un espíritu combativo” y por sobre todo, un hambre de por fin correr como sabía que podía correr allá.

Una vez en Fort Williams (<3) anunciaron que la carrera se iba a acortar a la ruta alternativa (32k con 2800 de D+) y la verdad ni siquiera me bajonie, por el contrario, me acuerdo qué literalmente pensé: OK, esta es. No tiene sentido salir conservador. Mejor me la juego al todo o nada con el riesgo de reventarme como un sapo.”

Y así fue como me pare ese día en la partida de Glen Coe.

La carrera:

2 kms me duró la chaqueta puesta aunque hacía frío, llovía y había un viento absurdo desde el principio. Me enganché al tiro con los primeros 15-20 wns. Sin miedo.

Topeamos la primera colina del día y al final el grupo era de algo así como 15 pelados. El Kilian ahí mismo, literalmente a un par de segundos delante mio, aunque Andy y el vikingo iban primeros. Me acuerdo que esa primera bajada, que era relativamente técnica, bajé como si estuviera flotando en una nube. De verdad. No derramé un solo gramo de esfuerzo.

Llegamos al puente que estaba antes de cruzar la carretera y como estaba todo mojado, me saqué la CTM, literal. No sé cómo me demoré medio segundo en pararme y seguir corriendo a fondo cómo iba.

Cruzamos la carretera y empezamos el approach al mítico Curved Ridge”. Un par de metros de sendero” webiado y de una a encararlo de frente. Agarrándose de lo que hubiera a mano.

Con la excitación que tenía, ni se me ocurría mirar adónde apuntaban las marcas. Yo solo marchaba. En 4 patas. Feliz.

Creo que iba como 10mo acá, según lo que me dijeron antes de empezar la trepada y yo no podía estar más extasiado con la situación. Con una risa entre-nervioso y excitado.

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Empezamos el Curved Ridge y tuve uno de los momentos más surrealistas que he tenido en una carrera (me acuerdo que en mi primer Kima me paso algo parecido) de decir; qué chucha?” de verdad estamos compitiendo” mientras hacemos esto? Tratando de no mirar mucho para abajo y tratando de no pensar que la roca que estaba agarrando con las mano se me iban a resbalar en cualquier momento, (por qué cómo explico el nivel mojado sopa en el que estaba todo) miro a mi izquierda y veo como Cody Lind me pasa como una puta araña en el lugar más bizarro en el que he estado con un número en el short.

El Curved Ridge se me pasó volando. Literal. Me acuerdo que cuando topee arriba, el viento y la lluvia me violentaron y miré hacia abajo diciendo qué mierda acabamos de hacer”.

Arriba había que ir a taggear una cumbre (segmento ida y vuelta) y el panorama me parecía alucinante. El viento cuando estaba en contra apenas te dejaba avanzar y cuando soplaba de cola, literalmente te levantaba. Me volaba la cabeza pensar que, ruta corta y todo, todavía estuviéramos ahí arriba, corriendo a fondo.

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Termine el filo y empecé la primera bajada real del día. Me di un par de resbalones, pero en general bajé como nunca antes había bajado en una carrera. Limpio. Eficiente. Prolífico. Concentrado. Feliz.

La bajada fue un pestañazo. Abajo me di cuenta que había perdido mi botella (simple hydration) que llevaba atrapada con el cinturón (como siempre), pero ni me preocupé. Lo último que estaba pensando en ese momento era tomar agua.

Empezamos la segunda subida real del día y me siento increíble. Todavía effortles. Paso a un par de corredores incluso. A ratos me pregunto si por fin todo va a hacer click” y voy a tener el día que llevo esperando rato en una carrera de verdad.

Llegamos al portezuelo que marcaba otro ida y vuelta a taggear una cumbre y miró hacia arriba. Vuelvo a pensar que en mi vida se me hubiese ocurrido organizar algo con estas condiciones. En Chile suspenderían algo con incluso la mitad de lo hostil que estaba ahí en ese momento. Respeto absoluto por todos los locales. Todavía me reía solo.

Empiezo hacer el ida y vuelta que era como un acarreo y todavía estamos todos más o menos juntos. Literal. Estoy por llegar arriba y Kilian venía bajando seguido del vikingo. Kilian fue al único que vi bajar en polera manga corta y short. Qué weon más animal pensaba”.

Marcó la cumbre y me pongo el wing-suit mental a ver si todavía tenía esa sensación mágica en las piernas para bajar. C-T-M como estaba bajando ese día. Sin miedo y sin respeto también. Completamente concentrado. Nada me importaba en el mundo más que dar la vida ahí, en ese instante. Pensándolo bien, no se he si he vuelto a sentir esa sensación de concentración a ese nivel.

Llegué abajo donde se suponía volvíamos a cruzar la carretera y donde además, tenía entendido que iba a estar el único AB del día. En mi locura máxima no sé si no vi el AB, o si estaba pero había que desviarse para llegar a él. Seguí de largo. Obvio. Me sentía invencible para ese entonces, así que lo último que me imaginé es que iba a necesitar más comida.

La última subida era una especie de colina. Empinada a cagar, sin sendero y que tiraba derecho a campo traviesa por unos pastizales que me llegaban a la rodilla. La clásica postal que uno tiene en la cabeza cuando uno se imagina The Fells”. Hermosa.

Levanto la vista y veo a 4-5 corredores ahí mismo. Tenía el top5 ahí pensaba. Obviamente, mirando hacia atrás, también tenía como 15 weones semi-pisándome los talones (porque eso pasa en Europa, uno puede estar teniendo el día de su vida pero aun así hay un decena de weones listos para volarte la raja).

Los minutos se me empiezan a pasar más lentos y cacho, sin aviso previo, que me viene un bonk.

Pu-ta-madre.

2 minutos después de eso me fui a la Z. El peor bonk que he tenido en mi vida. Y justo en ese momento.

La fuerza se me fue a la chucha. Literalmente pasé del cielo al infierno en un par de segundos. Me di cuenta altiro que la había cagado. Que ya era tarde y con ÉL gel que me quedaba en el bolsillo, iba a ser asqueroso terminar los 9k que me quedaban hasta la meta. Ni hablar de mantener el ritmo.

La subida se me hizo una eternidad. Me pasaron 4-5. Me auto-flagelo por lo weon de no haber pasado por el abastecimiento. Por haber llevado los geles justos. Por no haber echado algo de back-up. Me puteo por todo.

En ese estado mental estaba cuando alcancé a Greg Vollet vestido de abeja (haciendo parodia de lo que le había pasado a Kilian en el UTMB del 2018). Desde Kima 2016 que el tipo me produce rechazo y por lo demás, me había volado la raja en los 2 Kima. Lo veo aun más cagado que yo. Me da esperanza.

La escena era ridícula. Dos weones, (uno vestido de ABEJA!) reventados mal, arrastrándose cerro arriba.

Logró pasar al CTM y aparece el portezuelo al que teníamos que llegar y que marcaba como 7kms hasta la meta.

Llegó arriba y decido tomarme el gel que me quedaba. Un par de minutos modo zomby y me pega justo cuando un par de weones me iban pasando. Trato de aguantar al último. Corrí esa parte con angustia. Con desesperación. Con la vida.

No bajé tan mal, pero sentía como cada paso que daba me mandaba a la mierda .

Tocamos el sendero. 6km hasta la meta.

A los 500 metros del sendero, me caigo. Mal. Ruedo y todo. Caí justo al lado de una pasada de agua, así que me tomé un par de segundos para tomar agua y tirarme un poco en la cara a ver si despertaba algo.

Me paro y sigo corriendo con todo lo que tengo adentro. Miro para atrás, paranoico como nunca antes en mi vida. (y eso que en general ya me pongo paranoico al final de las carreras)

Tocamos el camino ancho. 3k para la meta y yo ya no puedo más. Los ojos se me cierran solos. Hace rato que no siento, ni controlo las piernas.

Voy corriendo pasado mi límite y tengo mínimo control de lo que estoy haciendo. No tengo idea como las piernas se siguen moviendo.

No me acuerdo de nada del ultimo K. Veo que está la Dani al lado del camino cuando quedaban como 200-300 metros y lo único que balbuceo es si viene alguien atrás?”. Ni escuche lo que dijo. (Cómo chucha logro preocuparme de si viene alguien atrás cuando apenas me puedo mover?)

Corrí como nunca antes había corrido en ese estado. Sinceramente, ni siquiera sabía dónde estaba. Tenía visión de túnel.

Tampoco me acuerdo bien de cuando cruce la meta. Después pille una foto que me tomaron con la medalla, en esos típicos fondos de prensa’ y mi cara es la de alguien que está completamente ido. Un fantasma.

La Dani me recibió afuera del corral y yo creo que ni siquiera podía hablar con claridad. Avanzamos 50 metros y lo único que le pedía era comida. Acá me desplome y me tragué un Hummus como si mi vida dependiera de eso. Una vez más, si no es por las fotos, no me acuerdo.

NUNCA, NUNCA antes había llegado (inmediatamente después de terminar una carrera) con ganas de meterme algo a la boca. Por el contrario, siempre tengo que esperar rato para ser capaz de comer cualquier cosa.


Reflexioné que Glen Coe ha sido mi mejor carrera (y más allá del resultado que bien podría ser la única vez que voy a estar por rozar el top10 en una carrera de skyrunning corta) por que ha sido la única que me ha hecho atravesar una puerta que no sabía que existía. Una puerta que me hizo sentirme como ajeno dentro de mi propio cuerpo y qué solo había sentido (en menor intensidad) en los últimos 8km de BH100 el 2015 ( puta que tengo buena memoria para estas cosas).

Infinitas veces llegué roto a una meta, pero como termine esta fue algo mucho más allá de lo físico (de hecho al día siguiente estaba bien, no me tomé ningún día libre y volví a meter una semana de 7k D+) sino más bien algo interno. Me dejó vacío por dentro.

Supongo que nunca de verdad quise escribir nada de esto porque no es algo que me enorgullezca. No es bonito (ni mucho menos sano) terminar así. Sobre todo cuando al final salí 12, que es como un resultado bueno/decente pero lejos de ser uno por el cual jugarse la vida. Y por muy increíble que fue 3/4 de esa carrera, el último 1/4 fue tan absurdo que pocas veces me he detenido a pensar en lo que realmente me pasó ese día.

Obviamente hasta el día de hoy me persigue el como hubiese terminado con un puto GEL más en mi bolsillo”. De hecho, me estoy torturando en este momento por haber calculado mal mis calorías para ese día, aunque en mi defensa, nunca pensé que nos iba a tocar el nivel de frío y viento, que fue lo que finalmente hizo que mi cuerpo quemará mucho más de lo que está acostumbrado para un esfuerzo como ese en condiciones más o menos normales.


Ahora, habiendo escrito esto, sin duda pienso que esta ha sido mi favorita por que tuvo una mezcla de perfección con fatalidad (como la vida misma), lo cual me hizo alcanzar ese equilibrio bizarro entre estar en parte orgulloso por haber aguantado como aguante, pero también, decepcionado por haberla cagado como la cague.

En mi mente siempre he pensado que tengo que volver. 1) para correr la ruta completa (aunque la que hicimos nosotros tiene todos los highlight’s) y 2) para no volver a cometer el mismo error y ver si puedo mejorar ahí. Pero no sé. Quizás sería bonito mantener la como un recuerdo solamente.


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