q1 - 2018
Parece que me es imposible partir un post sin decir “chucha, que increíble cómo vuela el tiempo”. Ya pasaron los primeros 4 meses del año y fueron un verdadero pestañazo.
Supongo que esto entra en la categoría de “recaps” (que solo me interesan leer a mi cuando este viejo) de lo que fueron estos primeros meses del año y quizás, un poco de lo que se viene para los próximos?
++Enero++
Llegue después del break de fiestas (Navidad-Año Nuevo) en Iquique (desde donde irónicamente estoy escribiendo esto) con todas las ganas e intención de pedalear por todo Enero y no preocuparme de correr realmente, pero al final no fue tan así. Supongo que el principal goal era ver si podía dimensionar lo de hacer un “everesting” en el camino a Fare y que tan posible/realista era para mí hacerlo…sin tener que preparar mucho el tema.
No mucho parece, por que al final después de un par de pedaleos semi largos y la pala que nos dimos pedaleando hasta el Embalse del Yeso, las ganas se me pasaron rapidito. Supongo que inconscientemente (y quizás conscientemente) me di cuenta que -por ahora- no tengo lo necesario para esa paliza arriba de la cleta. Además de que definitivamente lo haría en una de carbono. Esto pasa a archivarse en la lista de “Quedo por hacer” (puta como crece esta lista).
Nada peor que llegar a la casa después de un pedaleo y darse cuenta que no tienes llaves, o peor aun, que las perdiste.
Rescatando lo positivo; al menos hice mi primer pedaleo de 200k y con una ruta “bonita”, si me preguntan a mí. La puta magia de la bicicleta: salir de la puerta de tu casa y irte a la C-T-M, es realmente seductora y adictiva. Por lejos el highlight del mes.
El 16 de Enero fue mi primer trote después de 20 días sin ponerme unas zapatillas y fue, sinceramente, la gloria. No recuerdo haber tenido un primer trote tan fácil y glorioso como este…cuando usualmente TODOS los primeros trotes después de estar parado un buen rato son un asco. Buen augurio supongo.
++Febrero++
El verano del 2017 me la pase enfocado en el tema de Co. Castillo y cómo volverme un 10% (por poner un número ridículo) más eficiente escalando, así que este verano sin un proyecto grande, supongo que era obvio que terminara haciendo lo que hice: darme la pala en un mini-segmento del “high country” Santiaguino. Cosa que por cierto, me demore AÑOS en hacer.
Por lejos mi verano más productivo allá arriba. Me pude dar el lujo de estar una semana instalado en Fare y fue imposible no pensar lo épico que sería poder instalarse y entrenar año corrido ahí; dandole a la bici y él trote una temporada y esquiando la otra. Además del punto de vista performance (entrenar en altura y toda esas challas), la vida allá arriba es sencillamente mejor.
Desde finales de enero y gran par de febrero tuve el place de taggear:
- 1 Falsa Parva.
- 11 Parvas.
- 8 Pintores.
- 3 Leoneras.
- 1 Bismark.
Nada mal.
Claramente los momentos altos fueron la vueltita que le dimos al Bismarck (acá relato de esto) con la Cabra del monte (puta que me rei ese día) y el par de intentos rápidos que le di al Pintor y al Leonera. Hacia muuuuucho rato que no empujaba fuerte y me sentía decente/bien en el intento. Tantas cosas por hacer allá arriba…si bien y como siempre, puedo decir que me concentre en poquitas cosas (como mi obsesión con el Carbón en SCL), al final siento que soy mucho más feliz repitiéndome estos cerros hasta conocerlos a fondo antes que ir haciendo una ruta nueva todos los días (por poner un ej.). La obsesión de la repetición me ha perseguido toda mi vida.
Renato Castel haciendo el by-pass de la Parva bajando…con el Guardian del Valle de fondo y la cumbre del Leonera a la izquierda.
Ah sí, verdad que también renové mi PR (FKT?) de roundtrip al Provincia. Aunque técnicamente eso fue en Marzo, claramente fue el resultado de lo que hice en febrero en cuanto a ‘entrenamiento’ se refiere. Que loco que el último tiempo rápido registrado (En Strava al menos) siga siendo el mío del 2013. Como a nadie más le va a interesar subir y bajar rápido este cerro emblemático de SCL?
Estos pegues express me confirmaron que fuera de forma no estaba, pero por otra parte, arrastrarse en la cordillera tiene poco y nada que ver con sentirse rápido y en forma para hacer otras cosas más normales como, competir.
Lo tragi-cómico de hacer ese tipo de cosas, es que te dejan muy bien y preparado, pero solo para lograr ese tipo de cosas especificas que poco aplican para algo más…por que no todos somos Kilian que podemos subir el Everest y después ‘bajar’ a ganar una carrera; al final para alguien normal, todo significa tomar decisiones y enfocarse en ese algo especifico que uno quiere, dejando de lado todo lo demás. Después de todo, no sé que tan bueno sea ser multifacético.
Al menos después de este verano, ya puedo decir que me siento completamente a gusto en ese micro-segmento de la cordillera y con ganas de seguir haciendo las infinitas cosas que quedan ahí por hacer todavía.
Esta claro que todo esto se siente medio chanta y vago si no menciono lo obvio: darle la vuelta/pegue enserio al “guardian del valle” . Esta claro que esta era la guinda de mi torta y lo sé. Incluso sé que después de toda la pega hecha en enero-feb y parte de marzo, tenía de sobra para haber hecho algo interesante ahí…pero por una u otra razón, al final no se dio. Lo bueno es que el cerro no se va a mover a ninguna parte, así que otra temporada más que se pospone; tanto el intento self-powered casa-cumbre-casa como darle un intento al tiempo subida/bajada desde “Tres Puntas”(que es como el único registro que en verdad me interesa).
Uno de los pocos días que estuvo para trotar sin polera allá arriba. Nada como la sensación de estar jugando acá con polera, short y una botella…sobre todo cuando el 99% de la gente a tu alrededor esta cargado hasta las cachas. Foto: Selfie en cancha de carreras, con la Cumbre del Bismarck a mi espalda.
++Marzo++
Marzo partió con la locura de Desafio Cumbre y creo que no vale la pena hablar de eso ya. Solo digamos que como muchas cosas en la vida, no todo es lo que parece.
Después de terminar con ese show, igual quede como cansado/chato/ y un poco listo para dar por cerrada la temporada de verano, pero en verdad, no podía dejar ‘botadas’ todas las buenas horas de cerro que había puesto sin hacer algo ‘digno’ de reconocimiento (ja), así que hacia fines de mes por fin me decidí a ponerme un poco serio y ver que se podía hacer.
++Abril++
Si bien ya estaba invitado a Corralco antes de decidirme a correr Papudo, una semana antes de Papudo me di cuenta que ya iba a pasar casi 1 año desde que me ponía un bib number en el short y además, ya había pasado más de un año y medio desde que había competido ‘enserio’ en Chile (EC 50k 2016). Después de esta mini reflexión, pensé que mejor aprovechaba la oportunidad y hacia las dos a ver qué tal.
La idea de competir back-to-back en la ‘playa’ y después en el ’sur’ además sonaba como interesante después de pasarme gran parte del verano arrastrándome en la montaña en vez de “correr a fondo”.
Papudo salió harto mejor de lo que esperaba. De verdad me sorprendió un poco cuando antes de llegar al final de la primera subida ya iba solo (adelante solo iban 2 loquitos de los 21k) sin estar dándolo todo.
Después de que salí del cerro (que era cómo el 1/3 de la carrera) me relajé un poco y hasta flojie un poco hacia el final. Nunca he encontrado muy divertido correr en la arena, a pesar de todas las horas de cerro/arena que puse alguna vez acá en Iquique. Al final me dedique a disfrutar el paisaje playero. La arena eso sí, hizo lo suyo y los días después estuve bien hecho mierda, cosa que no era como el escenario ideal para competir el fin de semana siguiente en Corralco.
Corralco dentro de todo igual salió mucho más tranqui de lo que esperaba. Como hace tanto tiempo no corro en el circuito local la verdad ya no estoy muy al día de quien-es-quien y pensé que podían aparecer locales corriendo a fondo como suele ser.
Hacia el final ya estaba raja y lo único que quería era terminar. Supongo que correr a fondo, fines de semana seguidos no era tan fácil como se veía en el papel…además que esa distancia (30k) es como rara en el sentido de que no es tan corta para tirarse “all in” sabiendo que vas a estar más de 2 horas dándole, pero tampoco es tan larga como para poder flojear sabiendo que tienes para rato. Totalmente fuera de mi zona de confort. Creo que antes solo había corrido una vez algo parecido y fue un fiasco: Putaendo 2013 (?)
En la trepada final de Corralco…ya medio chato. Qué volcán se ve al fondo? (el Osorno?). Foto: Tita Martinez
++Que se viene?++
Supongo y espero que mayo sea un mes relax. Igual quede raja después de estos 4 meses (rematando con las 2 carreras) y por otra parte, no tiene sentido sacarme-la-chucha por ahora, si todavía quedan 4 meses para la primera carrera real del año. En lo inmediato, espero retomar algo de escalada (casi 4 meses sin tomar una presa, seguro me dejaron en nada y eso no me pone nada de feliz) y quizás algo de CX (será que por fin podré correr una carrera después de 2 años con intentos fallidos?) Y todo esto -obviamente- mientras espero que la montaña se ponga blanca para sacar los palitos de fósforos.
Si bien me encantaría que esta fuera -por fin- la temporada en la que podría tomarme lo del rando enserio, supongo que eso va a tener que esperar otro invierno, por que este año toca correr.