((publicado originalmente en ninguna parte. guardado como borrador en tiempos de cuarentena))
por qué hecho de menos salir?
Por qué?
Ante el contexto actual de las cosas (de la vida, de este mundo -loco- que parece estar al límite en muchos ((todos)) sentidos) y la imposibilidad de salir a moverse al aire (y) libre como uno (yo) estoy acostumbrado, me he preguntado, por qué me sigo molestando en siquiera seguir activo? qué sentido tiene molestarse por seguir haciendo algo tan inverosímil.
No sé. (o quizás si sé)
Quizás no lo tiene. (sentido)
Pero lo necesito. (creo)
Algo de sanidad dentro de.
No es que eche de menos las carreras. (de hecho, llegue a la conclusión de que no). Tampoco es que necesite correr o pedalear con gente (la famosa comunidad), pero si hecho de menos moverme. Libre. En la naturaleza.
Soy realmente adicto a las endorfinas y necesito quemar (me) para funcionar con mi día?
Un poco. Seguro hay algo de eso en todo.
Pero qué es lo que realmente más hecho de menos de poder salir a moverme al aire libre?
Creo que que si bien el acto físico de hacer un tipo de deporte (y ojalá llevándolo a lo que sea que tenga definido como ‘al límite’ ) me produce un alto nivel de placer, al final no es solo el acto en sí, sino que es la mezcla. La mezcla de hacer eso, junto con estar en un lugar, sin límites aparentes, es lo que realmente me vuelve loco.
Y es lo que realmente me esta matando un poquito todos los día ahora que no lo puedo (podemos) hacer.
Me es raro pensar que, cuando más conectado estoy conmigo mismo, es cuando estoy ‘empujando’ físicamente en un entorno abierto. Lo raro ,es que ese sentimiento de conexión, por otro lado, es lo que mas puedo relacionar con “des-conexión” de todo lo demás realmente.
Al final busco esa conexión (conmigo) para evadir. Para fugar (el arte de la fuga). Y quizás hoy más que nunca, a ratos -largos- necesito fugar. Necesito irme para encontrarme.
Entonces qué hacer cuando uno no se puede ir?
Cuando uno esta encerrado?
No sé.
Y quizás eso mismo estoy intentando auto-responderme con esto.
Pero no tengo respuesta.
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En un mundo que -a ratos- pareciera que sea cae a pedazos por distintas cosas y por distintos lados (por qué supongo que hoy en día, más que nunca, nadie podría rebatir ni negar la fragilidad de las cosas, de la vida, de uno.) lo único que quiero y deseo, es poder salir y sentir esa sensación de adormecimiento, esa sensación de que sinceramente, nada (me) importa ya.
Que por lo que sea que dure esa capacidad de empujar cercano a mi límite, uno esta en una especie de burbuja intocable.
Sin sentir (o sintiendo mucho?).
Sin pensar. (no hay energía para además, pensar)
Sin dudar. (no hay tiempo para dudar)
Cuando sólo estoy preocupado de empujar es cuando realmente termino alcanzando la -verdadera-libertad.
In the zone.
State of flow.
Como quieran llamarle.
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Pero eso no es todo. (lamentablemente)
En términos prácticos, si bien me he dado cuenta de que puedo replicar y tratar de incluso pasar los límites (de esfuerzo) y empuje (en comparación a lo que podría hacer “afuera”), estando sentado en un rodillo, al fina, es demasiado poco inspirador.
No hay riesgo.
Y el riesgo, junto con la estética, lo es todo.
No importa realmente qué tan rápido o lento sea uno, mientras haya o este, esa pequeña sensación de riesgo (ojalá semi-controlada) + un sentido de estética a lo que sea que uno este haciendo, todo esta bien.
Todo esta en orden.
Todo se siente increíblemente bien.
Y estar arriba de un rodillo (o aplica para cualquier símil) no tiene ninguna de esas dos cosas…y finalmente, esos dos componentes son cruciales para alcanzar el estatus de satisfacción máxima. Quizás eso que llaman felicidad y que todos sabemos que no son más que momentos, efímera, profunda y necesaria.
Ahí es mi ‘por qué’?
Por eso necesito estar afuera. Ahora,
Empujando.
Buscando ser libre.
Egoista y todo.
Es mi mejor versión.